Además ha participado en el establecimiento de una célula terrorista que actuaba en Kuwait, por lo cual fue arrestado y condenado a muerte. Con su detención y con la finalidad de obtener su puesta en libertad, la Unidad de Operativos en el extranjero de la organización comenzó a poner en ejecución numerosos atentados en Kuwait y fuera de este país, que habían incluido secuestros de aviones kuwitíes y occidentales, secuestros de ciudadanos occidentales en Beirut, etc. Bader El-Din ha logrado huir de la cárcel cuando se produjo la invasión de Irak a Kuwait en 1990, pudiendo retornar entonces a Líbano. Bader El-Din está considerado como una persona cuyas relaciones interpersonales son problemáticas, puesto que se caracterizan por la gran desconfianza que siente por quienes le rodean, ya sea se trate de sus subordinados, que sufren de una actitud autoritaria rígida, como respecto a sus colegas en la cúpula de la organización.