Comandante de la unidad
Talal Hamia
Hamia es un hombre alto y corpulento. Lleva barba. En los años ochenta actuaba junto a Imad Mughnia, quien se convertiría en jefe del brazo militar de Hezbollah y en confidente de Nassrallah. En esa época, ambos – Hamia y Mughnia - estuvieron involucrados en la planificación de numerosos atentados, especialmente contra extranjeros, incluyendo secuestros de extranjeros, secuestro de aviones, aniquilación de periodistas, etc.
Hamia es un hombre astuto y sagaz. Gracias a estas cualidades, supo planificar y ejecutar atentados dolorosos y precisos contra las fuerzas francesas y estadounidenses desplegadas en el Líbano en los años 80.Hamia fue el arquitecto de estos atentados y del secuestro de un avión kuwaití, como represalia a la detención de Moustafa Bader El-Din – que fue detenido por los kuwaitís por haber planificado asesinar al Emir de Kuwait. Con el tiempo, Eldin reemplazó a Mughnia como jefe del brazo militar de Hezbollah. Hamia era su leal cooperador.
Uno de los atentados más grandes que planificó Hamia, fue aquel cometido en Buenos Aires en 1992. Se sabe que Hamia tiene fuertes vínculos con elementos de la inteligencia iraníes, con quienes actuó estrechamente en el terreno, y fue el responsable de planificar el atentado. En este atentado, minuciosamente planificado, perdieron la vida 28 seres inocentes y más de 200 personas resultaron heridas.
Con el correr del tiempo, fue consolidándose el aparato que dirigía Hamia, a quien se apoda "Abu Jaafar", a nombre de su hijo mayor. Todo este proceso comenzó a fines de los años 80. De hecho, desde los años 90 – Hamia encabeza el aparato de atentados en el extranjero de Hezbollah.
Este aparato, por órdenes de Hassan Nassrallah, es responsable de actuar en el extranjero, y de atentar contra objetivos occidentales y contra quien se percibe como una amenaza para Hezbollah.
Como es de esperar de un hombre responsable de la ejecución de atentados complejos, Hamia se maneja de una forma clandestina. No es un hombre que se mueve en círculos sociales ni tiene trato con la sociedad – excepto con su familia y pocas amistades. No sale a restaurantes y no se comporta de una manera llamativa. Se maneja con cautela y con prudencia, especialmente cuando no se encuentra en su ambiente de trabajo, Beirut. A veces, debido a su ascetismo, parece un hombre muy simple, vestido con descuido y abandono, que no cuida su apariencia personal. No obstante, Hamia trata de llevar a cabo una vida sana: no fuma y no toma café. Generalmente goza de un buen estado de salud.
Además de sus funciones en Hezbollah y sus estrechos contactos con los iraníes, Hamia también tiene actividades civiles, y gracias a sus vínculos con los iraníes, cuenta con varias empresas que le proporcionan un ingreso importante.
Debido a su posición y a su estado de salud, Hamia permanecerá durante muchos años en la dirigencia de Hezbollah. Pero como todo comandante, es posible que ya esté asesorando a la próxima generación de líderes del aparato de atentados en el extranjero de Hezbollah. Se estima que su futuro sucesor podría ser alguno de sus hijos, también activos en Hezbollah.